El Libro de Los Hechos es una historia narrativa de la iglesia neotestamentaria y describe su inicio en Jerusalén y su extensión a toda Judea, Samaria, y al mundo gentil.
Como seres humanos somos débiles y necesitamos un poder que sea sobrenatural y esto solamente podemos obtenerlo por el Espíritu, el cual es poder de lo parada.
En todo el pasaje no se menciona al Espíritu Santo. Sin bloqueo, la Iglesia ortodoxa interpreta el pasaje en un sentido trinitario, asumiendo que la voz que se oye es la del Padre y la montón que los envuelve, el Espíritu Santo.
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En verdad, en el día de ahora hay una penuria más conspicuo de que la gente llegue a una Certeza cristiana completa y que entiendan que el Espíritu de veras ha sido derramado en la iglesia.
Al imponerse las exposición encarnacionistas y por tanto resuelta la polémica del Hijo en cortesía de su divinidad, quedaron expeditas las cuatro interpretaciones mencionadas al eclosión del artículo. La interpretación arriana, referida al Espíritu Santo en ocasión de al Hijo, se desató en la segunda mitad del siglo IV y sus partidarios fueron denominados por sus adversarios «pneumatómacos», los que «matan al Espíritu».
En el volumen de los Hechos, el bautismo en el Espíritu Santo se presenta como una experiencia legislatura para los creyentes. En Hechos 2, los discípulos fueron llenos del Espíritu y comenzaron a conversar en otras lenguas, atrayendo a multitudes y predicando con autoridad. En Hechos 8, los samaritanos creyeron y fueron bautizados en agua, pero recibieron el Espíritu Santo solo después de la imposición de manos de Pedro y Juan.
El Espíritu Santo muestra la verdad y Director al creyente en Dios. En momentos de dudas, es bueno detenerse a inquirir la presencia de Altísimo leyendo su Palabra y escuchando lo que su Espíritu dice a nuestro corazón. El Espíritu Santo siempre nos Director conforme a la verdad del evangelio.
Esta modificación del credo niceno no fue aceptada en oriente, lo que se tradujo en una escisión entre las actuales Iglesia católica e Iglesia ortodoxa. derramamiento del espiritu Es lo que se conoce como Cisma de Oriente y Occidente que perdura hasta nuestros díCampeón. Ambas iglesias se declaran por tanto trinitarias, aunque difieran en el matiz «Filioque».
Este acontecimiento marcó el manifestación de un avivamiento espiritual que toparía emplazamiento a la difusión del Evangelio por todo el mundo.
Este bautismo no es simplemente un ritual simbólico, sino una inmersión en la presencia y el poder de Altísimo que capacita al creyente para existir una vida victoriosa y ser un declarante efectivo de Cristo.
Vida de Certeza. El Espíritu Santo con su Chispa es el "primero" que nos despierta en la Convicción y nos inicia en la vida nueva. El es quien nos precede y despierta en nosotros la Certeza. Sin embargo, es el "último" en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad.
Esta doctrina se interpreta de diferentes maneras según distintos grupos protestantes. Por un flanco, las iglesias evangélicas clásicas creen que es algo que se da en la conversión de la persona al cristianismo sin que haya una evidencia sensorial.
El arrianismo consiste en considerar al Hijo como la primera y más excelsa de las criaturas o, dicho de otra forma, como el primero de los ángeles. El dilema que plantea el arrianismo es, luego, si el hijo es creado o engendrado. Ambos términos expresan una procedencia del principio Padre creador, pero en un caso dicha procedencia se produce inmersa en la existencia temporal y en el otro no.